POR LA GRACIA DE BACH![]() Un concierto de guitarra con Johann Sebastián Bach como protagonista, con la interpretación de la Suite de 2 para laúd en do menor (BWV 997) y la Chacona en re menor (BWV 1004). El barroco es el momento más completo en la música, y en especial la obra de Johan Sebastián Bach, que combina la técnica, sensibilidad y belleza. Es una tarea ardua que debe llevarse a cabo, solo con años de estudio que es cuando se comienza a comprender la profundidad de sus obras y el placer de interpretarlas. Las transcripciones para guitarra y la interpretación se ejecutan con admiración, comprensión y fidelidad a la esencia de Bach.
Uno de los principales objetivos de esta adaptación de la obra ha sido el tratar de proyectar con la máxima claridad posible las diferentes hebras que conforman su complejo tejido contrapuntístico. Para ello, se ha escogido la tonalidad de do menor (frente a la más guitarrística de la menor) por medio de una cejilla en el tercer traste. Con esto se consigue proyectar más los agudos, permitiendo una mejor definición de las líneas de la textura. La contrapartida es la pérdida de graves, que ha sido compensada en la medida de lo posible mediante octavas. A pesar de su origen violinístico, la Chacona de J.S. Bach lleva ya bastante tiempo instalada en el repertorio de guitarra, desde la primera –y hoy ya lejana– adaptación de Andrés Segovia en el año 1935. Merced a la mayor capacidad polifónica de la guitarra frente al violín, algunas secciones de la obra se adaptan perfectamente (no osaríamos decir "fácilmente") a la técnica de nuestro instrumento. Lo que permanece inmutable es la extremada complejidad que implica defender una obra tan económica en sus medios por un lado (un solista; cuatro acordes) y tan inabarcable en sus implicaciones emocionales y técnicas.
El instrumento escogido -obra del luthier Ángel Benito Aguado- permite –gracias a su sistema de construcción (semejante al sistema francés) y a las maderas empleadas (tapa de pino abeto alemán y palosanto)– acentuar estos armónicos, difícilmente obtenibles por otros medios. |
AlbumPor la Gracia de BachJ.S. Bach: Suite 2 for lute in C minor BWV 997 (22:11)
1. Prelude (3:50) 2. Fuga (6:58) 3. Sarabande (5:19) 4. Giga (5:52) 5. Double (3:08) 6. J.S. Bach: Chacona in D minor BWV 1004 (13:58) 7. Marin Marais: Folies D’Espange (9:18) |
el Album |
JS Bach. Suite 2 en Do menor BWV 997
Entre las obras compuestas por JS Bach en sus años en Leipzig, figuran dos de las piezas más emblemáticas del repertorio de laúd: la Suite 2 en do menor BWV 997 y el Preludio, Fuga y Allegro BWV 998. Hablamos por tanto de dos obras de madurez del compositor de Eisenach. No acaban ahí las afinidades entre estas dos piezas: ambas abren con un par preludio-fuga, siendo en ambos casos la fuga una fuga da capo. Y aunque mientras la BWV 998 redondeará la estructura con un movimiento marcado únicamente por la indicación de Allegro, la obra que nos ocupa lo hará con una Sarabanda y una Giga (con su Double). Es por esto probablemente por lo que esta última recibiría la denominación de Suite mientras que la BWV 998 se quedaría con el más abstracto Preludio, Fuga y Allegro.
Estructuralmente, el preludio de la BWV 997 es un ejemplo bastante elaborado de lo que Lester denomina una construcción en secciones paralelas, esto es, una sucesión de periodos armónicos semejantes en lo que a estructura y material motívico se refiere, pero cada vez más intensificados[i]. En efecto: una primera frase inicial de 5 compases con la presentación del motivo principal (con obvias conexiones con el correspondiente en la fuga) se transmuta en una frase con carácter de fortspinnung que, pasando por el relativo mayor, desemboca en una cadencia en la dominante. Este periodo se reinterpreta a continuación intensificado, para conducirnos a una cadencia en la subdominante, y así atacar el último impulso –motívicamente más elaborado aún- que nos llevará de nuevo a la tónica.
La fuga ulterior, como decimos, es un ejemplo claro de fuga da capo; esto es, una fuga con una estructura tripartita en la que la exposición inicial es repetida literalmente para concluir la pieza. Enmarca así una sección central con carácter de desarrollo, semejante a las Arias de Capo o a los conciertos de la época. Esta sección central tiene a su vez un ingenioso planteamiento, ya que los bloques de los que está compuesta se reutilizan una y otra vez variando las tonalidades y la disposición de las voces, obteniendo así un resultado muy elaborado con mínimos medios. En lo que al material melódico se refiere, el sujeto de esta fuga irá siempre acompañado por un contrasujeto, que es a su vez una inversión de éste.
Tanto la Sarabanda como la Giga siguen la estructura binaria (con sus respectivas repeticiones) habitual en estas piezas. Entre las decisiones interpretativas, cabe destacar en la Sarabanda la repetición ornamentada que se realiza en cada una de sus dos secciones, mientras que para la Giga señalaremos que se ha hecho un uso bastante consistente de la inegalité de los tresillos de corcheas, lo cual le da un carácter más "francés" y realza aún más el contraste con el subsiguiente Double, mucho más medido y riguroso.
JS Bach. Chacona
Originalmente concebida como el último movimiento de la Partita en re menor BWV 1004 para violín sólo, esta pieza ha logrado trascender totalmente a la obra que la enmarca. Poco podemos decir sobre esta ella que no se haya dicho ya: se trata de un auténtico tour-de-force para cualquier intérprete, y no sólo por su complejidad técnica, pero también –y quizá, sobre todo– por la profundidad y calado de una música que llega hasta lo más profundo de nuestro ser. Dividida en tres grandes secciones –las exteriores en el modo menor, estando la central en su paralelo mayor–, este caleidoscopio del alma humana se genera a partir de una progresión armónica de tan sólo 4 compases (en esencia, i | V6 | VI | iv V), que será elaborada y desarrollada hasta alcanzar una dimensión total de 256 compases. Nunca una obra ha conjugado tan magistralmente virtuosismo técnico y economía de medios con emoción y profundidad. Un gigante de la talla de Johannes Brahms la describiría de este modo tan elocuente[ii]:
Con una sola pauta y un pequeño instrumento, el compositor se adentra en el mundo de los más profundos pensamientos y los sentimientos más poderosos. Si me imaginara a mí mismo creando –o incluso ya sólo concibiendo– la pieza, estoy casi seguro que la excitación provocada y la trascendencia de la experiencia me hubiera vuelto sencillamente loco
A pesar de su origen violinístico, esta obra lleva ya bastante tiempo instalada en el repertorio de guitarra, desde la primera –y hoy ya lejana– adaptación de Andrés Segovia en el año 1935. Merced a la mayor capacidad polifónica de la guitarra frente al violín, algunas secciones de la obra se adaptan perfectamente (no osaríamos decir "fácilmente") a la técnica de nuestro instrumento. Lo que permanece inmutable es la extremada complejidad que implica defender una obra tan económica en sus medios por un lado (un solista; cuatro acordes) y tan inabarcable en sus implicaciones por otro.
Marin Marais. Variaciones sobre la Folía
La Folía (o Folies d'Espagne (Francia), Follies of Spain (Inglaterra) o Follia (Italia)) es una de las más antiguas piezas instrumentales europeas de las que se tiene constancia. Originalmente una fórmula improvisatoria bastante libre sobre el modo menor, acabó cristalizando en un periodo armónico de 16 compases con una secuencia normativa de acordes y una estructura de voces melodía-bajo con carácter de Sarabanda. Esta estructura servía de marco a una serie de variaciones en las que normalmente se figuraba la melodía estructural del tema, aunque en ocasiones ésta pudiera ser alterada más profundamente. Gozó de gran popularidad durante el periodo Barroco, como atestiguan las aproximaciones de compositores de la talla de Corelli, Vivald, Bach, Lully o el propio Marais, entre otros.
Los Couplets de Folie de Marin Marais forman parte de la suite en re menor de su segundo libro de piezas para viola, publicado en 1701. Inicialmente pensada para viola solista con bajo acompañante (clavecín o teorba, en palabras de su autor), el propio Marais señala que la parte de viola solista puede ser interpretada por otros instrumentos, como el órgano, la teorba, el laúd, el violín o la flauta, algo bastante típico de la época, por otra parte. Consta del tema "estándar" de la Folía más 32 variaciones. La versión que se presenta en este CD es una selección de 15 de estas 32 variaciones adaptadas para guitarra solista, y en ella se nos ofrece la visión personal del intérprete frente a esta "libertad organizada" que propugna la filosofía de la pieza. Se ha escogido la tonalidad de mi menor y el instrumento ha sido afinado con la quinta cuerda en si para así poder proyectar en un sólo instrumento tanto la línea de bajo como la de solista sin perder ni su brillo ni su profundidad
Notas sobre la producción
Para esta grabación hemos buscado una toma de sonido que fuera capaz de transmitir al oyente una imagen sonora privilegiada, tanto de su situación espacial frente al intérprete, como de conseguir la reproducción exacta de la riqueza armónica que posee el instrumento, salido de las manos del constructor madrileño Angel Benito, y que José Luis Martínez extrae con gran maestría. Se ha empleado un par estereofónico, formado por dos micrófonos AKG 414, de probada eficacia en la toma de sonido a instrumentos de cuerda pulsada, muy capaces en la captación de matices expresivos propios del instrumento, situados a la distancia apropiada para que no resultase una imagen excesivamente próxima, nada deseable. El resultado es tal, que si la grabación se escucha en un equipo de calidad y equilibrado, se tendrá la sensación de estar en una sala de cámara con unas cualidades reverberantes justas, con una apreciación armónica de gran riqueza y un espacio sonoro con el suficiente aire y espacio entre el oyente y el espectador. El resultado, como podrán comprobar, es espectacular.
[i] Lester, Joel, Heightening Levels of Activity and J. S. Bach's Parallel-Section Constructions, Journal of the American Musicological Society, Vol. 54, No. 1 (Spring 2001)
[ii] Litzman, Berthold (editor). "Letters of Clara Schumann and Johannes Brahms, 1853–1896". Hyperion Press, 1979, p. 16.
Entre las obras compuestas por JS Bach en sus años en Leipzig, figuran dos de las piezas más emblemáticas del repertorio de laúd: la Suite 2 en do menor BWV 997 y el Preludio, Fuga y Allegro BWV 998. Hablamos por tanto de dos obras de madurez del compositor de Eisenach. No acaban ahí las afinidades entre estas dos piezas: ambas abren con un par preludio-fuga, siendo en ambos casos la fuga una fuga da capo. Y aunque mientras la BWV 998 redondeará la estructura con un movimiento marcado únicamente por la indicación de Allegro, la obra que nos ocupa lo hará con una Sarabanda y una Giga (con su Double). Es por esto probablemente por lo que esta última recibiría la denominación de Suite mientras que la BWV 998 se quedaría con el más abstracto Preludio, Fuga y Allegro.
Estructuralmente, el preludio de la BWV 997 es un ejemplo bastante elaborado de lo que Lester denomina una construcción en secciones paralelas, esto es, una sucesión de periodos armónicos semejantes en lo que a estructura y material motívico se refiere, pero cada vez más intensificados[i]. En efecto: una primera frase inicial de 5 compases con la presentación del motivo principal (con obvias conexiones con el correspondiente en la fuga) se transmuta en una frase con carácter de fortspinnung que, pasando por el relativo mayor, desemboca en una cadencia en la dominante. Este periodo se reinterpreta a continuación intensificado, para conducirnos a una cadencia en la subdominante, y así atacar el último impulso –motívicamente más elaborado aún- que nos llevará de nuevo a la tónica.
La fuga ulterior, como decimos, es un ejemplo claro de fuga da capo; esto es, una fuga con una estructura tripartita en la que la exposición inicial es repetida literalmente para concluir la pieza. Enmarca así una sección central con carácter de desarrollo, semejante a las Arias de Capo o a los conciertos de la época. Esta sección central tiene a su vez un ingenioso planteamiento, ya que los bloques de los que está compuesta se reutilizan una y otra vez variando las tonalidades y la disposición de las voces, obteniendo así un resultado muy elaborado con mínimos medios. En lo que al material melódico se refiere, el sujeto de esta fuga irá siempre acompañado por un contrasujeto, que es a su vez una inversión de éste.
Tanto la Sarabanda como la Giga siguen la estructura binaria (con sus respectivas repeticiones) habitual en estas piezas. Entre las decisiones interpretativas, cabe destacar en la Sarabanda la repetición ornamentada que se realiza en cada una de sus dos secciones, mientras que para la Giga señalaremos que se ha hecho un uso bastante consistente de la inegalité de los tresillos de corcheas, lo cual le da un carácter más "francés" y realza aún más el contraste con el subsiguiente Double, mucho más medido y riguroso.
JS Bach. Chacona
Originalmente concebida como el último movimiento de la Partita en re menor BWV 1004 para violín sólo, esta pieza ha logrado trascender totalmente a la obra que la enmarca. Poco podemos decir sobre esta ella que no se haya dicho ya: se trata de un auténtico tour-de-force para cualquier intérprete, y no sólo por su complejidad técnica, pero también –y quizá, sobre todo– por la profundidad y calado de una música que llega hasta lo más profundo de nuestro ser. Dividida en tres grandes secciones –las exteriores en el modo menor, estando la central en su paralelo mayor–, este caleidoscopio del alma humana se genera a partir de una progresión armónica de tan sólo 4 compases (en esencia, i | V6 | VI | iv V), que será elaborada y desarrollada hasta alcanzar una dimensión total de 256 compases. Nunca una obra ha conjugado tan magistralmente virtuosismo técnico y economía de medios con emoción y profundidad. Un gigante de la talla de Johannes Brahms la describiría de este modo tan elocuente[ii]:
Con una sola pauta y un pequeño instrumento, el compositor se adentra en el mundo de los más profundos pensamientos y los sentimientos más poderosos. Si me imaginara a mí mismo creando –o incluso ya sólo concibiendo– la pieza, estoy casi seguro que la excitación provocada y la trascendencia de la experiencia me hubiera vuelto sencillamente loco
A pesar de su origen violinístico, esta obra lleva ya bastante tiempo instalada en el repertorio de guitarra, desde la primera –y hoy ya lejana– adaptación de Andrés Segovia en el año 1935. Merced a la mayor capacidad polifónica de la guitarra frente al violín, algunas secciones de la obra se adaptan perfectamente (no osaríamos decir "fácilmente") a la técnica de nuestro instrumento. Lo que permanece inmutable es la extremada complejidad que implica defender una obra tan económica en sus medios por un lado (un solista; cuatro acordes) y tan inabarcable en sus implicaciones por otro.
Marin Marais. Variaciones sobre la Folía
La Folía (o Folies d'Espagne (Francia), Follies of Spain (Inglaterra) o Follia (Italia)) es una de las más antiguas piezas instrumentales europeas de las que se tiene constancia. Originalmente una fórmula improvisatoria bastante libre sobre el modo menor, acabó cristalizando en un periodo armónico de 16 compases con una secuencia normativa de acordes y una estructura de voces melodía-bajo con carácter de Sarabanda. Esta estructura servía de marco a una serie de variaciones en las que normalmente se figuraba la melodía estructural del tema, aunque en ocasiones ésta pudiera ser alterada más profundamente. Gozó de gran popularidad durante el periodo Barroco, como atestiguan las aproximaciones de compositores de la talla de Corelli, Vivald, Bach, Lully o el propio Marais, entre otros.
Los Couplets de Folie de Marin Marais forman parte de la suite en re menor de su segundo libro de piezas para viola, publicado en 1701. Inicialmente pensada para viola solista con bajo acompañante (clavecín o teorba, en palabras de su autor), el propio Marais señala que la parte de viola solista puede ser interpretada por otros instrumentos, como el órgano, la teorba, el laúd, el violín o la flauta, algo bastante típico de la época, por otra parte. Consta del tema "estándar" de la Folía más 32 variaciones. La versión que se presenta en este CD es una selección de 15 de estas 32 variaciones adaptadas para guitarra solista, y en ella se nos ofrece la visión personal del intérprete frente a esta "libertad organizada" que propugna la filosofía de la pieza. Se ha escogido la tonalidad de mi menor y el instrumento ha sido afinado con la quinta cuerda en si para así poder proyectar en un sólo instrumento tanto la línea de bajo como la de solista sin perder ni su brillo ni su profundidad
Notas sobre la producción
Para esta grabación hemos buscado una toma de sonido que fuera capaz de transmitir al oyente una imagen sonora privilegiada, tanto de su situación espacial frente al intérprete, como de conseguir la reproducción exacta de la riqueza armónica que posee el instrumento, salido de las manos del constructor madrileño Angel Benito, y que José Luis Martínez extrae con gran maestría. Se ha empleado un par estereofónico, formado por dos micrófonos AKG 414, de probada eficacia en la toma de sonido a instrumentos de cuerda pulsada, muy capaces en la captación de matices expresivos propios del instrumento, situados a la distancia apropiada para que no resultase una imagen excesivamente próxima, nada deseable. El resultado es tal, que si la grabación se escucha en un equipo de calidad y equilibrado, se tendrá la sensación de estar en una sala de cámara con unas cualidades reverberantes justas, con una apreciación armónica de gran riqueza y un espacio sonoro con el suficiente aire y espacio entre el oyente y el espectador. El resultado, como podrán comprobar, es espectacular.
[i] Lester, Joel, Heightening Levels of Activity and J. S. Bach's Parallel-Section Constructions, Journal of the American Musicological Society, Vol. 54, No. 1 (Spring 2001)
[ii] Litzman, Berthold (editor). "Letters of Clara Schumann and Johannes Brahms, 1853–1896". Hyperion Press, 1979, p. 16.